Si hay algo que caracteriza al continente europeo es la gran cantidad de países que coexisten en una zona geográfica relativamente pequeña. Esta aglomeración de estados es aún más llamativa en el centro de Europa.
Esta cercanía entre países es una gran oportunidad para disfrutar y descubrir diferentes culturas sin realizar grandes trayectos. Por ejemplo, la distancia entre la ciudad de Madrid y la ciudad de Barcelona es de aproximadamente 600 kilómetros. Una distancia considerable si se tiene en cuenta que ambas son ciudades españolas. Si nos adentramos al centro de Europa, el mismo viaje de 600 kilómetros nos permite visitar hasta 5 o 6 países diferentes ―dependiendo del trayecto que queramos tomar―.
Ciudad del Vaticano y Roma
Si somos totalmente estrictos con la definición de capital, la Ciudad del Vaticano y Roma son las capitales más cercanas entre sí de Europa. De hecho, no hay distancia entre ellas, puesto que la Ciudad del Vaticano está situada dentro de Roma.
De forma oficial, la Ciudad del Vaticano es una ciudad-estado.
Puesto que el caso de la Ciudad del Vaticano y Roma es algo peculiar, hemos querido ir más allá en busca de las siguientes dos ciudades más cercanas.
Viena y Bratislava
Si tienes pocos días de vacaciones y quieres visitar dos capitales europeas totalmente diferentes, quizás la mejor opción sea Viena (Austria) y Bratislava (Eslovaquia). Entre ellas existe una distancia real de 54 kilómetros ―80 km en coche―. Con tan sólo una hora de viaje por carretera, podrás visitar dos de las ciudades con más historia de Europa, además de practicar dos idiomas tan diferentes como el alemán y eslovaco.
Tanto Austria como Eslovaquia forman parte del espacio Schengen,Y por tanto, no es necesario pasar ningún tipo de control fronterizoefronterizo amBos países.