La sal se puede encontrar en cada célula de nuestro cuerpo. En un ser humano adulto hay alrededor de 250 gramos de sal. Entonces ¿Es de extrañar que nuestras lágrimas o nuestro sudor sean salados? La realidad es que no. Nuestras lágrimas son saladas porque nosotros somos salados por dentro, y para que nuestros cuerpos puedan funcionar correctamente, la sal es esencial.
Cuando realizamos ejercicio o la temperatura es alta, nuestro cuerpo suda y esto vacía el cuerpo de sal, que debe ser sustituida. La sal nos ayuda a mantener el equilibrio de nuestros fluidos corporales, que transportan nutrientes y oxígeno por todo nuestro organismo.
El balance de fluidos de un cuerpo se mide mediante la cantidad de orina que se expulsa en 24 horas y la cantidad de líquido que se ingiere. Lo ideal sería que ambas cifras fueran casi idénticas.
Si una persona bebe demasiado y no expulsa suficiente orina, esto podría acarrear daños en los riñones. En el caso contrario, si la persona no bebe lo suficiente, el cuerpo almacenará un exceso de sal y de agua, y esto dará lugar a problemas del corazón. A estas inflamaciones de agua se les denomina edemas.
La sal contiene dos elementos
Sodio
- Permite la transmisión de impulsos nerviosos alrededor del cuerpo.
- Nuestro gusto, olor y tacto son controlados por el sodio.
- Ayuda a todos los músculos del cuerpo (incluyendo el corazón) a contraerse.
- Las señales hacia y desde el cerebro dependen del sodio.
Cloruro
- Ayuda con el proceso digestivo.
- Preserva el equilibrio del ácido en el cuerpo.
- Absorbe el potasio.
- Ayuda a la sangre a transportar dióxido de carbono de los tejidos a los pulmones.
Un cuerpo sano es capaz de ajustar la cantidad de sal necesaria para mantener el funcionamiento del organismo correctamente. Si el cuerpo está almacenando demasiada sal, tendremos sed. Al beber, los riñones nos ayudarán a eliminar el exceso de sal.