El tabaco es un producto vegetal originario del continente americano. En concreto, se cree que su origen se sitúa en la zona andina entre Ecuador y Perú, donde los primeros cultivos podrían haberte tenido lugar entre cinco mil y tres mil años a. C. No fue hasta el siglo XVI cuando el tabaco llegó a Europa.
Para que el tabaco sea apto para el consumo humano, las hojas de tabaco se secan y se curan después de recogerlas y separarlas de sus tallos. A partir de las hojas secas procesadas se pueden fabricar diversos productos de tabaco, como cigarrillos, puros, tabaco de mascar o tabaco para pipa.
Según los últimos datos recogidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en 2019, China es el mayor productor de tabaco del mundo con más de 2,6 millones de toneladas. Teniendo en cuenta que la producción mundial de tabaco en 2019 fue de 6,6 millones de toneladas, el país asiático representa casi el 40 % de toda la producción mundial.