En 2000, una fundación suiza lanzó una campaña para determinar las nuevas siete maravillas del mundo. La lista original de las siete maravillas se elaboró en el siglo II a.C. y que sólo una de ellas sigue en pie (las Pirámides de Giza). En esta nueva lista se emitieron más de 100 millones de votos en Internet o mediante mensajes de texto. Los resultados finales, que se anunciaron en 2007, fueron recibidos con aplausos y abucheos, ya que algunos contendientes destacados, como la Acrópolis de Atenas, no pasaron el corte.
Gran Muralla China (China)
Grande puede ser un eufemismo. Se cree que la Gran Muralla China, uno de los mayores proyectos de construcción del mundo, tiene unos 8850 km de longitud; sin embargo, un controvertido estudio chino afirma que su longitud es de 21 200 km. Las obras comenzaron en el siglo VII a.C. y continuaron durante dos milenios. Aunque se denomina «muralla», la estructura consta en realidad de dos muros paralelos a lo largo de grandes tramos. Además, el baluarte está salpicado de torres de vigilancia y barracones. Sin embargo, algo no tan bueno de la muralla era su eficacia. Aunque se construyó para evitar invasiones y asaltos, la muralla no proporcionaba seguridad real. En su lugar, los estudiosos han señalado que sirvió más como «propaganda política».
Chichén Itzá (México)
Chichén Itzá es una ciudad maya de la península de Yucatán (México) que floreció en los siglos IX y X de nuestra era. Bajo el dominio de la tribu maya Itzá, muy influida por los toltecas, se construyeron importantes monumentos y templos. Entre los más notables se encuentra la pirámide escalonada de El Castillo, que se eleva 24 metros por encima de la Plaza Mayor. Testimonio de las habilidades astronómicas de los mayas, la estructura cuenta con un total de 365 escalones, el número de días del año solar. Durante los equinoccios de primavera y otoño, el sol poniente proyecta sombras sobre la pirámide que dan la apariencia de una serpiente deslizándose por la escalera norte; de hecho, en la base hay una cabeza de serpiente de piedra. Sin embargo, la vida allí no era sólo trabajo y ciencia. Chichén Itzá alberga el tlachtli (un tipo de campo deportivo) más grande de América. En ese campo, los habitantes practicaban un juego de pelota ritual muy popular en toda la Mesoamérica precolombina.
Petra (Jordania)
La antigua ciudad de Petra (Jordania) está situada en un valle remoto, entre montañas de arenisca y acantilados. Se dice que fue uno de los lugares donde Moisés golpeó una roca y brotó agua. Más tarde, los nabateos, una tribu árabe, la convirtieron en su capital, y durante esta época floreció, convirtiéndose en un importante centro comercial, especialmente de especias. Los nabateos, notables tallistas, cincelaron viviendas, templos y tumbas en la arenisca, que cambiaba de color con el sol. Además, construyeron un sistema de abastecimiento de agua que permitió la creación de exuberantes jardines y cultivos. En su apogeo, Petra llegó a tener 30 000 habitantes. Sin embargo, la ciudad empezó a decaer al cambiar las rutas comerciales. Un gran terremoto en 363 d.C. causó más dificultades y, tras otro temblor en 551, Petra fue abandonada poco a poco. Aunque fue redescubierta en 1912, los arqueólogos la ignoraron en gran medida hasta finales del siglo XX.
Machu Pichu (Perú)
Este yacimiento inca cerca de Cuzco (Perú) fue «descubierto» en 1911 por Hiram Bingham, quien creía que se trataba de Vilcabamba, una fortaleza secreta de los incas utilizada durante la rebelión del siglo XVI contra el dominio español. Aunque esta afirmación fue desmentida posteriormente, el propósito de Machu Picchu ha confundido a los estudiosos. Bingham creía que albergaba a las «Vírgenes del Sol», mujeres que vivían en conventos bajo voto de castidad. Otros piensan que probablemente fue un lugar de peregrinación, mientras que algunos creen que fue un retiro real. Lo que sí se sabe es que Machu Picchu es una de las pocas ruinas precolombinas importantes que se han encontrado casi intactas. A pesar de su relativo aislamiento en lo alto de la cordillera de los Andes, cuenta con terrazas agrícolas, plazas, zonas residenciales y templos.
Cristo Redentor (Brasil)
El Cristo Redentor, una colosal estatua de Jesús, se alza en lo alto del monte Corcovado, en Río de Janeiro. Sus orígenes se remontan a justo después de la Primera Guerra Mundial, cuando algunos brasileños temían una «marea de impiedad». Propusieron una estatua, que finalmente fue diseñada por Heitor da Silva Costa, Carlos Oswald y Paul Landowski. La construcción comenzó en 1926 y finalizó cinco años más tarde. El monumento resultante mide 30 metros de altura —sin incluir su base, que mide unos 8 metros— y sus brazos extendidos miden 28 metros. Es la escultura art déco más grande del mundo. El Cristo Redentor es de hormigón armado y está recubierto de unos seis millones de azulejos. En 2014, la punta del pulgar derecho de Jesús resultó dañada durante una tormenta.
Coliseo (Italia)
El Coliseo de Roma se construyó en el siglo I por orden del emperador Vespasiano. Considerada una proeza de la ingeniería, el anfiteatro mide 189 por 156 metros y cuenta con un complejo sistema de bóvedas. Tenía capacidad para 50 000 espectadores, que presenciaban diversos acontecimientos. Las más destacadas eran las luchas de gladiadores, aunque también eran habituales los combates entre hombres y animales. Además, a veces se bombeaba agua al Coliseo para simular combates navales. Sin embargo, la creencia de que los cristianos eran martirizados allí —en concreto, arrojados a los leones— es discutida. Según algunas estimaciones, unas 500 000 personas murieron en el Coliseo. Además, se capturaron y mataron tantos animales que algunas especies se extinguieron.
Taj Mahal (India)
Este complejo de mausoleos de Agra (India) está considerado uno de los monumentos más emblemáticos del mundo y es quizá el mejor ejemplo de la arquitectura mogol. Fue construido por el emperador Sha Jahan (reinó entre 1628 y 1658) en honor a su esposa Mumtaz Maḥal, que murió en 1631 al dar a luz a su decimocuarto hijo. Se tardaron unos 22 años y 20 000 trabajadores en construir el complejo, que incluye un inmenso jardín con un estanque reflectante. El mausoleo es de mármol blanco con piedras semipreciosas en motivos geométricos y florales. Su majestuosa cúpula central está rodeada por cuatro cúpulas más pequeñas. Según algunos informes, Sha Jahan deseaba tener su propio mausoleo de mármol negro. Sin embargo, fue destituido por uno de sus hijos antes de que se iniciaran las obras.