El litio, conocido como el oro blanco, es un metal reactivo empleado para fabricar baterías recargables de aparatos electrónicos, como ordenadores portátiles, teléfonos móviles o vehículos eléctricos. La demanda de baterías de iones de litio ha crecido significativamente en los últimos años, impulsando la exploración mundial y permitiendo considerar nuevos proyectos. Las baterías representaron el 71 % de la demanda total de litio en 2020.
El litio también se emplea en productos de vidrio, aumentando la durabilidad, la resistencia a la corrosión y la resistencia térmica. Se utiliza en artículos como cocinas vitrocerámicas, recipientes de vidrio y fibra de vidrio.
Aunque se ha encontrado litio en todos los continentes, Chile, Argentina y Bolivia —conocidos en conjunto como el «Triángulo del litio»— albergan bajo sus salares más del 75 % de las reservas mundiales. Sin embargo en el caso de Bolivia no se ha podido demostrar sus reservas reales.
El Triángulo del litio es uno de los lugares más áridos del planeta, lo que complica el proceso de extracción del litio: los mineros tienen que perforar los salares para bombear a la superficie salmuera rica en minerales. A continuación, dejan que el agua se evapore durante meses, formando una mezcla de sales de potasio, manganeso, bórax y litio que luego se filtra y se deja evaporar una vez más. Transcurridos entre 12 y 18 meses, el proceso de filtrado ha concluido y puede extraerse carbonato de litio.
Los últimos datos recogidos durante 2022, muestran a Chile como el país con las mayores reservas de litio del mundo con 9,2 millones de toneladas. Le siguen Australia con 5,7 millones de toneladas y Argentina con 2,2 millones. Sin embargo, pese a aque las reservas chilenas son las mayores, el mayor productor del mundo en la actualidad es Australia.