El tofu ―también llamado «cuajada de soja»― ha ganado popularidad a lo largo de los años, especialmente como fuente de proteínas aprobada por vegetarianos y véganos. Parece tener una buena reputación entre los consumidores, pero, ¿Qué es el tofu realmente?
En realidad, la soja es uno de los alimentos genéticamente modificados más comunes en el mundo, y el tofu se elabora a partir de semillas de soja, agua y un coagulante o agente coagulante. Según Kaayla Daniel, la soja no es un alimento saludable y no previene enfermedades como muchos dicen. Además, numerosos estudios científicos relacionan la soja con problemas digestivos, disfunción tiroidea, declive cognitivo, trastornos reproductivos y enfermedades cardíacas.
¿Pero toda la soja es mala? Lo importante es aclarar que los productos de soja se dividen en dos grupos: fermentados o sin fermentar. Los productos de soja sin fermentar incluyen el tofu, edamame y leche de soja, mientras que el miso, natto, tempeh y tamari son productos de soja fermentados. Todas las semillas de soja (incluso las orgánicas, no transgénicas) contienen naturalmente antinutrientes, toxinas y hormonas vegetales. Sin embargo, la fermentación es lo que hace que los productos de soja sean saludables.
¿De qué está hecho el tofu?
El tofu se elabora cuajando la leche de soja y luego presionando la cuajada resultante en bloques suaves y blancos. El proceso de elaboración del tofu es relativamente similar a la forma en la que se elabora el queso a partir de la leche. El tofu tiene grandes nutrientes, y es por eso que mucha gente asume que es un alimento tan saludable. Por porción, es bajo en grasa y calorías pero alto en proteínas, aminoácidos, hierro y calcio.
En realidad hay muchos tipos diferentes de tofu, incluyendo tofu fresco, tofu suave, tofu firme, tofu procesado, tofu fermentado y un largo etcétera. Las opciones más saludables de esta lista son las variedades fermentadas, que incluyen el tofu encurtido. El tofu encurtido, también conocido como tofu en conserva o tofu fermentado, consiste en cubos de tofu seco que se han dejado secar al aire y fermentar lentamente por bacterias aéreas. Desafortunadamente, la mayor parte del tofu que se consume no está fermentado, y el tofu no fermentado realmente no es la opción más saludable.