Una parafilia es un patrón de comportamiento sexual en el que la fuente de placer no se encuentra en la relación sexual, sino en actividades, objetos, situaciones o individuos atípicos. Una de las parafilias más reconocidas es la morfofilia.
Las personas que padecen morfofilia sólo se sienten atraídos sexualmente por personas que poseen un determinado perfil muy concreto, es decir, unas características físicas muy específicas. Por ejemplo: personas con ojos verdes, mujeres u hombres altos, personas con muchas pecas, con muchos tatuajes, con el pelo rubio etc…

Estas características tan concretas representan la fuente única de placer para las personas que padecen morfofilia; esto quiere decir que si su deseo está proyectado hacia personas con el pelo pelirrojo, no podrán mantener una relación saludable con personas morenas o castañas. Este trastorno es más frecuente en los hombres que en las mujeres.
La etimología de la morfofilia viene del griego: la raíz morphe- que significa figura o forma y -philia, amor o atracción.
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