Quizás muchos de vosotros ya hayáis oído hablar de los términos proxy o servidores proxy ¿Pero qué significa y cómo funciona realmente un proxy? ¿Qué ocurre realmente cuando navegamos por la red? Lo más probable es que muchos de nosotros estemos usando un proxy, ya sea en un bar, oficina o centro comercial y ni siquiera nos hayamos percatado de ello.
¿Qué es un servidor proxy?
Un servidor proxy actúa como una puerta de enlace entre nosotros e Internet. Es un servidor intermediario que separa a los usuarios finales de los sitios web que visitan. Los servidores proxy proporcionan diferentes niveles de funcionalidad, seguridad y privacidad dependiendo de las necesidades.
Cuando utilizamos un proxy, el tráfico de Internet fluye a través del servidor proxy en su camino hacia el sitio web que solicitamos. Después, la solicitud vuelve a través del mismo servidor proxy (hay excepciones a esta regla), y posteriormente el servidor proxy nos reenvía los datos recibidos del sitio web.
Entonces, si eso es todo lo que hace ¿Por qué molestarnos en usar un servidor proxy? ¿Por qué no ir directamente a la página web deseada?
La realidad es que los servidores proxy modernos hacen mucho más que reenviar simples solicitudes web. Los servidores proxy actúan como firewall (cortafuegos/servidor de seguridad) y filtro web, proporcionan conexiones de red compartidas y almacenan datos en caché para acelerar las solicitudes comunes. Un buen servidor proxy mantiene a los usuarios y a la red interna protegidos de los «enemigos» que viven en Internet. Además, también pueden proporcionar un alto nivel de privacidad.
¿Cómo funciona?
Cada ordenador en Internet necesita tener una dirección de Protocolo de Internet (IP) única. Piensa en esta dirección IP como la dirección de la calle de nuestro ordenador. Así como la oficina de correos sabe que debe entregar el correo a nuestra dirección postal, Internet sabe cómo enviar los datos correctos al ordenador correcto a través de la dirección IP.
Un servidor proxy es básicamente un ordenador en Internet con su propia dirección IP que nuestro ordenador reconoce. Cuando enviamos una petición web, la petición va primero al servidor proxy. El servidor proxy realiza la solicitud web en nuestro nombre, recopila la respuesta del servidor web (Internet) y nos envía de vuelta los datos de la página web para que finalmente podamos la información requerida en nuestro navegador/ordenador.
Cuando el servidor proxy reenvía nuestras solicitudes web, puede realizar cambios en los datos que enviamos y aún así proporcionarnos la información que esperamos ver. Un servidor proxy puede cambiar nuestra dirección IP, por lo que el servidor (Internet) no sabe exactamente en qué parte del mundo nos encontramos.