Gracias a su alto contenido en minerales, fibra y carbohidratos, la avena se usa ampliamente como complemento alimenticio, tanto en humanos como en animales.
La avena ocupa el sexto lugar en la producción mundial de cereales, después del trigo, el maíz, el arroz, la cebada y el sorgo.
A pesar de ser un alimento nutritivo con innumerables beneficios para la salud, la producción mundial de avena se ha reducido en los últimos años. En 1994, la producción mundial era de 34 millones de toneladas, en 2020 fue de 25 millones.
La avena se cultiva en invierno, normalmente desde febrero a julio, y se utiliza como cultivo de cobertura invernal.
Canadá y Rusia representan cerca del 35 % de la producción mundial de avena. A diferencia de otros cultivos, la avena se planta mayoritariamente en Europa (63 %), mientras que en Asia, por ejemplo, sólo se planta el 5 % del total.